¿Cómo surgió el diccionario?
El origen del Diccionario Histórico-Crítico del Marxismo es internacional. Surge en el contexto de la traducción al alemán del Dictionnaire critique du marxisme publicado en Francia por Georges Labica (1930-2009) y Gérard Bensussan (nacido en 1948) a principios de la década de 1980, el cual respondía a la “crisis del marxismo” iniciada a finales de la década de 1970 (1982, 2ª edición ampliada 1985). El objetivo del Dictionnaire era dejar atrás el “dogmático arte de la definición”, que Labica asociaba al Pequeño Diccionario Filosófico de Rosenthal y Judin y a la Gran Enciclopedia Soviética. Cada expresión debía ser interrogada como un “acusado” al que “no se podía dar crédito simplemente por lo que decía de sí mismo” (Dictionnaire [3ª ed., 1999], VII).
La traducción al alemán del Dictionnaire critique du marxisme
Más de 70 autores se dedicaron a los conceptos centrales del marxismo en el Dictionnaire. Wolfgang Fritz Haug, que inició y editó la traducción al alemán, vio en el proyecto “algo tan nuevo como urgentemente necesario”, un fortalecimiento del “carácter científico, universalmente accesible”, que debía permitir obtener una “relación histórica y crítica con los conceptos y los discursos, así como con las instituciones y prácticas con ellos relacionadas”, como escribió en 1983 en el prefacio al primer volumen (Haug, KWM I, 5). El enfoque histórico-crítico pretendía al mismo tiempo ayudar a superar las divisiones que bloqueaban una necesaria renovación del marxismo. La intención era establecer “un campo de diferencias que no tuviera que convertirse en todo momento en opuestos hostiles desgarradores. En este campo, las diferentes expresiones y tendencias del marxismo permanecen en contacto entre sí” (7).
En 1989 se completó la traducción al alemán con el octavo volumen. En el prefacio del primer volumen del Diccionario Crítico del Marxismo (KWM), se dice que se podría ver en el diccionario el comienzo “de una futura enciclopedia internacional del marxismo” (8). A partir de estos inicios, ya en 1983 surgió el proyecto de ampliar la traducción del Dictionnaire con volúmenes complementarios en alemán. En diálogo con científicos de una veintena de países europeos, latinoamericanos y africanos, se elaboró una lista de palabras clave que, además de las entradas contenidas en el KWM, incluía otras 800 nuevas. También se anunciaron contribuciones de autores chinos y soviéticos. En consonancia con los objetivos del KWM, los artículos del nuevo diccionario no debían ofrecer meras definiciones de términos, sino integrar los respectivos conceptos en las luchas y contradicciones de su tiempo y elaborar su problemática histórica, tal y como formularon los redactores del nuevo proyecto en sus directrices (Normas para la redacción de artículos).
Nace el Diccionario Histórico-Crítico del Marxismo
Bajo la impronta de la perestroika soviética, el proyecto se concibió como parte de un cambio incipiente en la función del léxico político-teórico y una reconstrucción de la cultura teórica del marxismo. “El Nuevo Diccionario del Marxismo se inscribe en la renovación del marxismo, que ahora también se siente como urgentemente necesaria en la URSS, y también tendrá colaboradores soviéticos” (KWM VIII, Prefacio). Pero con el colapso de los socialismos europeos a partir de 1989, la desaparición de las viejas instituciones y prácticas, y la amplia deslegitimación de los discursos marxistas, la perspectiva para el proyecto cambió de nuevo. En la transición a un modo de producción y de vida altamente tecnológico, surgieron nuevos campos de crisis y de crítica, y movimientos sociales relacionados con ellos: se refieren a la intensificación de los problemas ecológicos, a los cambios en la naturaleza de la guerra a nivel internacional, en las relaciones de vida y de trabajo, así como en las relaciones de género. El número de entradas que había que procesar aumentó a más de 1.200 palabras clave. En lugar de los volúmenes complementarios, se creó el Diccionario Histórico-Crítico del Marxismo (DHCM), que viene publicándose desde 1994.
Aunque el DHCM comparte la intención histórico-crítica de su predecesor, se aprecian varias diferencias con respecto a las 1520 páginas del Diccionario Crítico del Marxismo que finalmente se tradujeron. Mientras que Labica, Bensussan y los autores que reclutaron se limitaron a términos que pueden atribuirse a diversas corrientes de la teoría marxista y rara vez llenan más de 5 páginas por artículo, el DHCM también incluye palabras clave no marxistas que han adquirido una relevancia histórico-social y científica, y que desafían un análisis marxista. El DHCM no sólo contiene entradas tales como las de dualidad del trabajo, frente unido y superganancia, sino también trabajo infantil, clima y keynesianismo, que pueden tener de 3 a 40 columnas. Por otro lado, feministas marxistas como Frigga Haug, Kornelia Hauser y Brita Rang vieron en el proyecto de adiciones al DCM la posibilidad de discutir más intensamente los problemas feministas dentro del marxismo. Combinaron su disposición a trabajar juntas con la exigencia de incluir más palabras clave extraídas de contextos de debate no germanohablantes. El nuevo diccionario se ha convertido en un léxico marxista de mayor alcance.